viernes, 18 de diciembre de 2009

59. Verdades Alteradas

Este es un libro, para mí, ciertamente difícil de clasificar.
¿Es una novela? No exactamente, ¿un libro de crónicas? Pues tampoco está muy claro, porque crónicas son, pero no completas. Digamos que podrían ser algo así como crónicas testimoniales, relatos de momentos o situaciones puntuales aderezadas con los sentimientos y puntos de vista del autor, que es el protagonista en todo momento. Pese a que, siempre, el artículo habla de gente con mayor entidad pública que la de sí mismo.
Y, claro, que el autor sea Boris Izaguirre hace que todo sea, como mínimo, peculiar. Nó sólo porque él vive dando saltos de momento peculiar en momento peculiar. Sino porque su forma de interpretar la vida, de ver las cosas y su manera de ser es... muy suya.
Quizá alguien piense que soy una hortera por leer un libro de él o que no merece la pena porque es una locaza que sólo busca que la admiren.
Pues, fíjate, que a mí siempre me ha encantado esta locaza. Porque lo es, porque no le da vergüenza serlo. Y por que es una locaza cultísima, ya me gustaría a mí ser la mitad de culta, pero ni con un cursillo acelerado llego.
Siempre he creído que tiene un criterio exquisito y una vida llena de experiencias para poder comparar y tener un punto de vista totalmente diferente. Es un poco como la familia Bosé, que cómo no vas a ser así de interesante si has mamado cultura, ¡y qué cultura!
Bueno, pues por todo eso y porque me gusta hasta su histrionismo le leo. Qué pasa, que no me tengo que justificar y veo que lo estoy haciendo.
Total, que el libro se basa en situaciones curiosas acaecidas en fiestas de la jet set (que expresión más pasada, por Dios), muchas centradas en composiciones imposibles de invitados y muchas otras en momentos gay-totales.
Lo más gracioso es que es un libro escrito en el 2000 (yo me lo estoy leyendo ahora porque es otra de esas ofertas a 1€ del Alcampo), así que claro, muchas de sus opioniones ahora ya no se puede sostener ya que en 10 años muchas cosas han cambiado en este país. ¿Que no?
Pues sí, aquí está la demostración:
Habla de la relación del príncipe y Eva Sannum, dando por hecho que se iban a casar, de la mayoría absoluta de Aznar, de la pareja Cruise-Cruz y de las torres gemelas. Hasta el 11-S.
Y no está nada mal, es muy entretenido, gracioso, aderezado con situaciones en las que los provincianos abrimos la boca, ya que no podemos imaginar, por ejemplo, que Ana Belén, Loles León, un ministro,... y Boris, se junten en una casa a ver la retransmisión de las elecciones generales. Para mí surrealista, para ellos cotidiano. Mini-pandi. Y yo con mi minipandi como pipas, juego a los colonos de Catán y bebo calimocho. Lo mismito.
Vamos, que a lo que te quiere llevar es a ver las impredecibles reacciones de la sociedad española, que se escandaliza con ciertas cosas y pasa absolutamente de otras igual de graves o más. Pero según se maquillen esos momentos la percepción es completamente distinta.
Y a él le entusiasman las reacciones de estos compatriotas de su país de adopción.
Y a mí leerle.

jueves, 10 de diciembre de 2009

58. Un abril encantado


UN ABRIL ENCANTADO. ELISABETH VON ARNIM

¿No tenéis la sensación de que este título le habéis oído mucho pero es imposible encajarlo en algún recuerdo tangible?

Ésta es la sensación que tuve yo al encontrar el libro. Estaba allí, en una balda del Carrefour, esperando a que encontrara otros dos con que hacerle compañía (típica oferta 3x2), pero éste no estuvo nunca en duda, fue uno de los fijos. Y eso que la portada no hace que sea precisamente atractivo.

Luego lees la sinopsis de la contraportada y... no te dice nada. Que son cuatro mujeres que terminan pasando un mes en un castillo encantador en la costa italiana. Muy victoriano, muy casto y muy ingenuo. Y bueno, he de decir que con eso a mi ya me tuvo ganada, que en el fondo tengo ese punto femenino que me hace, muy de vez en cuando, leer una novela romántica sin más pretensiones.
Después de este acto de compulsión compradora, el libro ha estado sentado tranquilamente en una balda esperando su momento.

Y su momento llegó el pasado puente, en el que rebuscaba algo que leer durante un viaje de 9 horitas en tren hasta Galicia. He de decir que mentalmente tengo asociado ese viaje a libros de Agatha Christie, que me entretenían lo bastante como para que el tiempo pasara rápido, sin tener que hacer grandes esfuerzos de concentración.

Que el resumen hablara de una novela, no de misterio, pero con un ambiente ciertamente similar a los que solía usar Christie (en el libro no hay asesinato, pero si lo hubiera sería completamente creíble) es lo que me hizo elegirlo. Y qué acierto. Creo que, por primera vez en mi vida, puedo describir una novela como "deliciosa".

La historia te atrapa por la sencillez y el optimismo que encierra. Cómo cuatro mujeres de muy distinto pelaje, se terminan reuniendo en un sitio mágico y esa magia afecta a su forma de ser. A algunas de ellas desde el minuto uno y a otras casi al final. El castillo italiano al que van de vacaciones un mes, consigue sacar del interior de las cuatro una cara que en la inglaterra de aquella época estaba ciertamente enterrada.

Si hay algo con lo que no estoy de acuerdo es, cómo no, con parte del resumen, en el que te venden que los personajes masculinos quedan en un segundo lugar. Pues sí y no, no, no. Es decir, indudablemente las protagonistas son las cuatro señoras, pero el desencadenante de todas sus reacciones es la presencia, o ausencia, de sus maridos o conocidos.

Hay un punto de impass en el que la autora te mete dentro del castillo a ti también para que puedas disfrutar del lugar, durante esta parte no ocurre nada más digno de mención en la trama, pero ya estás dentro, eres un invitado más. Y el final es, quizá, un poco precipitado porque ocurren muchas cosas a la vez.

Pero en conjunto es un libro muy grato de leer. Una buena elección. De hecho no creo que los otros dos libros que le acompañaron el día de su compra se acerquen siquiera a llegarle a los talones.

Y sí recuerda, no la historia sino el entorno y el modo narrativo, a una habitación con vistas.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

57. BIZARRE EXCUSES. EXCUSAS BIZARRAS



Otro microrrelato para el pecho entre libro de gramática (En la punta de la lengua) y novela victoriana (Un Abril encantado) que tengo a medias.

Personalmente me ha gustado más que el anterior porque muestra algún tipo de problema psicológico grave del protagonista. Eso o, un ataque de ira desproporcionado ante un árbol vacilón que no actúa como tú quieres.

Habría revisado la redacción en ciertos puntos en los que se repiten sustantivos o verbos, pero lo que cuenta, que es la historia, me parece interesante e intrigante.

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