Bueno, este libro sí que ha sido un sorpresón total.
Lo primero porque no me lo esperaba, ya sé que esto ya lo dije con el anterior, pero me repito y lo aumento... ha sido un grato objeto inesperado.
Lo segundo porque no sabía nada de su existencia, ni me sonaba su nombre, ni su autor. Y es más, si intentas buscar cosas en internet sobre él, los datos son mínimos (en español. En inglés se pueden encontrar más cosas, pero tampoco en grandes cantidades).
El libro es... cuanto menos especial. Basado en el sistema narrativo llamado "realismo mágico" que ciertamente indica la definición. Está cuajado de magia, pero una magia en la que poco a poco se va viendo que realmente está en el cerebro de los personajes, en su manera de interpretar la realidad.
No es que tenga mucho que ver o que realmente sea parecido, pero mientras lo he estado leyendo mi cerebro pensaba continuamente en La casa de los espíritus de Isabel Allende. ¿Por qué?
Bueno, la trama se centra en la historia de una (dos) familias muy peculiares que están condenadas a entrelazarse por un matrimonio entre dos de sus hijos. Los personajes femeninos son los más fuertes en la trama y las historias abarcan un tiempo narrativo bastante largo. Además toda la trama está salpicada de momentos mágicos y oscuros a la vez.
Todo esto son las semejanzas pero ahí se acaba.
El libro habla de las relaciones, amores, odios, afanes de poder, sumisiones, deseos de lucha, pérdidas y rencores que sienten los personajes. Toda esa base, que podría ser mucho más vulgar, está trazada y narrada con magia. De manera que nunca sabes si la historia se centra en el pasado o si es una historia del presente. Y tampoco sabes localizarla en un lugar en el mundo. Todo el peso lo llevan los personajes, que lo mismo podrían ser asiáticos que de la estepa rusa.
En mi cerebro son completamente sudamericanos, pero creo que es por ese enlace contínuo que mi mente hacía a La casa de los espíritus.
Setiawan ha conseguido dotar de vida y personalidad incluso a los objetos: las casas, cazuelas, jaulas... Además ha sabido buscar en el interior de las personas y una de las cosas que me gustan del libro es que cuando un personaje se encuentra a gusto o encuentra la paz, se vuelve más guapo, espléndido, brilla desde su interior.
Ciertamente hay un punto en la historia en la que ésta para mi gusto se atasaca, hay una especie de stand by de los personajes en la que todos están haciendo el mismo papel durante mucho rato y no aportan nada a la trama. Y si hay algo que tampoco me gusta es el poco partido que se saca a ciertos personajes muy interesantes.
El tratamiento del personaje de Ravenna es ciertamente desconcertante, porque de ser un personaje lejano pero presente en los momentos claves de la historia, de repente se apaga sin más y es un papel que pedía al menos una acción culminante.
Hanna... qué decir, no sabemos si es que Meridia se ha vuelto temporalmente esquizofrénica o no.
Y el de Permony es aún peor, aparece y desaparece de la historia sólo cuando el autor necesita encontrar un nuevo punto para el odio de Eva, pero durante muchos capítulos su historia directamente no existe.
Sin embargo el personaje clave y magistral es el de Eva. Está logradísimo, todo el mundo conocemos una persona así, que está día a día minándote la moral con su malicia en el habla, pinchando y pinchando hasta que explotas y haces lo que ella quiere sólo para que te calles. Que sabe llevar la pelota siempre a su tejado, de hecho incluso en el libro, sabiendo todas las cosas que hace a mala fe, cuando da la explicación parecen completamente plausibles... un ser odioso.
Un libro cuanto menos interesante, metido en un ambiente, un mundo perfectamente creado.
PD. Gracias Antonio, sé que lo escogiste tú. Acertaste de pleno.