Otro microrrelato para el pecho entre libro de gramática (En la punta de la lengua) y novela victoriana (Un Abril encantado) que tengo a medias.
Personalmente me ha gustado más que el anterior porque muestra algún tipo de problema psicológico grave del protagonista. Eso o, un ataque de ira desproporcionado ante un árbol vacilón que no actúa como tú quieres.
Habría revisado la redacción en ciertos puntos en los que se repiten sustantivos o verbos, pero lo que cuenta, que es la historia, me parece interesante e intrigante.
Sólo que lo menciones ya me emociona... En fin, los relatos que estoy recuperando son tan viejunos que me permiten situarme desde un punto de vista ajeno, como si no los hubiera escrito yo, y así criticarlos con más libertad. Coincido contigo en sus debilidades y me ha chocado tu interpretación: creo que es un relato de lo más curioso e interpretable, pero creo que lo escribí más como un relato "ecologista"... cualquiera lo diría.
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