
Otra segunda parte. Pero completamente independiente de la primera. Si alguien ha oído hablar del puente Milvio de Roma, ése donde todo el mundo cuelga sus candaditos del amor y no sabe de dónde viene esa tradición... pues que se lea este libro, que es donde se inventa. De nuevo aparece Step, pero gracias a Dios, bastante menos agresivo que en la primera parte. Bonito. Para redundar mis convicciones, por supuesto, me encanta Ginevra. Con v. Y, por supuesto, odio a Babi. Y, por supuesto, como el primero, es un libro que va a gustar más a chicas que a chicos.
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