Un ejemplo perfecto de como NO hay que hacerle caso a las críticas excesivas. Digamos que me compré este libro porque pintaba a típica novela de misterio de las que me gustan a mí: época victoriana, campiña inglesa, casa solitaria, familia que vive dentro y uno de ellos que aparece muerto a manos, por supuesto, de otro de ellos. Y a partir de ahí a ver quién ha sido. Bueno, pues las críticas son del pelo:"Galardonado mejor libro de la galaxia en 2009" (y lo pongo entre comillas así que no estoy exagerando), el Jhon LeCarré diciendo que es un clásico, revisiones de los periódicos en plan: es el libro de misterio más satisfactorio que he visto en mi vida, etc.Pues para mí es un peñasco. Y bien gordo. Qué pelmaza la tía, no la quito yo de que se ha buceado la información a tope (porque resulta que el asesinato fue de verdad y es el que provocó el inicio de este tipo de novelitas) pero es que esto es una tesis y no una novela. Infinitos datos superfluos (¿qué coño me importa a mí cómo y cuando se casó la sobrina del detective que estudia el caso?¿En qué mejora mi vida saber cuánto sol hacía el día que el padre de familia va corriendo al pueblo de al lado? ¿Para qué necesito yo saber cuánto le costaba el billete de tren al superintendente de policía?).Y como éstas, otras mil preguntas retóricas. Sobra medio libro siendo muy generosa. Menos mal que se ha acabado, ya respiro tranquila, fiuuuuuu.
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