El libro está muy bien escrito (tan bien, tan bien, que un mediocre como yo en lengua inglesa, te obliga a tener el diccionario en ristre. Y casi a acompañarlo de uno en alemán, porque hay también muchas palabras en éste otro idioma. Lo bueno es que son sencillitas y hasta yo las he comprendido).
La historia se centra en la vida de Lilly Nelly Aphrodite, que nació a las 11.59 del 31 de Diciembre de 1899 en Berlín. Efectivamente, y como el tiempo siempre es predecible, al minuto siguiente la pequeña entra de lleno en el nuevo siglo. Y vaya siglo la espera. La vida más entre gris y negra que se haya visto. No la sale nada bien en esta vida. Pero ni a ella ni a nadie de los que la rodean. Digamos que tiene el gafe muy subido.
Por supuesto la toca de pleno vivir la exaltación germánica de la pre-guerra y todas las consecuencias de la I Guerra Mundial. Debo reconocer que el retrato social que hace la autora es fantástico, porque de la II hay mucho escrito, mucho más (eso de que le afectara a América es lo que tiene) pero de la I y desde el punto de vista de una persona normal tirando a pobre, yo no había leído nada.
Y eso, que si queréis leer un tratado sobre la supervivencia germana antes, durante, después y otra vez antes de una guerra, leedlo. Y si queréis leer desgracias todas seguidas: muertes, maltratos, violaciones, abandonos, sufrimientos,... leedlo también.
A mí se me ha hecho eterno (tanto tanto que me he visto la primera temporada de Héroes íntegra entre medias), tenía la pequeña esperancita de que algo la saliera bien a la chica en algún momento, pero resulta que no, ni en la última página. Vuelvo a repetir que creo que el dramatismo y el sufrimiento están sobrevalorados al extremo y muchas veces son innecesarios, pero si así se consiguen más premios, que sea enhorabuena.
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