Y como ya dije en el anterior post, que no hay dos sin tres, éste es el último de la tríada de libros de Ágata Christie que he leído de corrido.
En el momento me quedo muy agusto, pero luego me arrepiento porque me quedo sin uno de reserva para futuras necesidades. No me importa. Releeré, que siempre es altamente satisfactorio.
La novedad de La venganza de Nofret es que la acción está ambientada en el Egipto faraónico, en una hacienda situada en una de las orillas del Nilo.
Imhotep, patriarca de la familia, vuelve de un viaje de negocios con una joven y bella concubina que es más mala que la tiña y que se dedica a sembrar cizaña entre la familia.
Las luchas por el poder y por mantener sus posiciones se empiezan a ver en jugadas extrañas, actitudes completamente distintas de los miembros del clan familiar.
Un día Nofret aparece muerta tras haberse despeñado por un acantilado cercano. Es el punto de partida de una serie de muertes encadenadas, tras las cuales se esconde una ambición desmedida.
Pero Ágatha siempre consigue darle su propio toque a los personajes, sean ingleses, egipcios, de ahora o de hace dos mil años. Porque las pasiones siempre han sido las mismas.
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